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Breverias

AHÍ ESTABA

Abrí los ojos y ahí estaba, como postal bajada de internet. Parecía dormir, mientras yo la miraba detenidamente por primera vez. El cabello nacido de su nuca dejaba ver su largo cuello que comunicaba a una suave espalda en la que se podían contar cada una de las vértebras hasta unirse y expandirse en una suave y prolongada curva que daba forma a su cadera. Pude ver, a pesar de la penumbra, una pequeña mariposa que parecía revolotear en el cielo de su nalga izquierda. Estire mi mano pero no pude tocarla temiendo que su vuelo acabara con la magia.